CUANDO LAS SOLUCIONES SE VUELVEN CULTURA, LOS DESAFÍOS SE FACILITAN
Alguien pondría en tela de juicio al clásico gesto del saludo final entre contrincantes, en el tenis? La respuesta es definitivamente no.
Se trata de un hecho tradicional. Y las tradiciones son como altos estrados donde las conductas, a través de la cultura, llegan para quedarse.
Arrojar y hasta romper una raqueta, en un impulso de ira, en cambio, es un acto que sigue sin llegar a ese estrado, aunque cada vez haya más acuerdo acerca de su inutilidad e inconveniencia.
Podríamos citar decenas de ejemplos, de situaciones que dejaron de ser discutidas. Algunas, incluso, nacieron en la aceptación general. Pero en todos los casos, se estableció una determinada cultura al respecto, como "sellador" del fenómeno que la motoriza: La unidad de criterios.
Y quiero aclarar que unidad de criterios no es "pensamiento único".
Ejemplo: En los años '70 concurrí a una Escuela de Profesores de Tenis que sorprendió a todos con un diseño curricular nunca visto, donde los temas sobre técnica y metodologías no se apoyaban en literatura de autor, sino en un consenso previamente aprobado por los profesionales que fundaron e integraban ese instituto.
Como se trataba de una "primera promoción", muchos de los aspirantes ya ejercían, desde antes, la enseñanza del tenis y parecía contradictoria su concurrencia a la academia para aprender lo que llevaban años enseñando. Pero ese "choque" fue de lo mas interesante.
Los directores y profesores sabían que eso iba a ocurrir y aclaraban permanentemente, que lo que se buscaba era unificar criterios sobre lo básico y respetar la libertad de cada uno a la hora de elegir un estilo de enseñar el tenis. Pero, por favor, llamemos "eastern" a lo mismo y "continental" a lo mismo, por citar un par de ejemplos. Hagamos una cultura de ello y de todo lo que aplique y contribuya.
Al punto que quiero arribar es el siguiente: Siendo que un factor clave en el desarrollo del jugador competitivo es "la resistencia a la frustración", ¿En qué estado estan, hoy, los consensos en el mundo de los coaches y entrenadores, sobre la valoración de esta consigna y las formas de llevar al éxito las fórmulas para su logro?
¿En qué parte del proceso estamos parados?
Por supuesto que en la carrera de un tenista profesional hay una escala de presiónes a soportar que suele ser creciente y requiere de ajustes pemanentes.
Pero, a juzgar por los resultados visibles, parecería ser que cada entrenador trabaja este aspecto buscando un objetivo particular y no existe un criterio en común, que tanto ayudaría a "mejorar la especie". Se apuesta al talento (en este caso, al talento emocional) de cada jugador y se aguardan los procesos madurativos que vienen con el tiempo y las experiencias.
No parece haber, aún, una "conversación pública". Un conocimiento transformado en cultura, a fuerza de consensos y coincidencias, en el mercado de la formación de jugadores.
Cuando ello ocurra, ganar la pulseada emocional en los momentos de frustración, será tan seguro e indiscutible como saludar al rival al final del partido o llamarle continental a la empuñadura continental.
Evaristo Pescadas Trfaul