BREAKpoint

SER FAMILIAR DE CONNORS POR UNOS SEGUNDOS
Olvidémonos, por un momento, del gran Jimmy Connors que, en este caso aparace de espaldas a la foto.
Quiero hacer foco en las personas que, circunstancialmente, se encontraban justo delante del norteamericano, en el preciso instante en que estallaba su euforia, por haber ganado el punto mas espectacular y memorable de su carrera.
No puedo saber quienes son esos verdaderos privilegiados. Y quizá, solo ellos lo sepan y me resulte imposible dar con ellos, entrevistarlos y que compartan con nosotros la enorme experiencia de tener, a menos de tres metros, al mismísimo Jimbo mirándolos a los ojos, con los brazos en alto y loco de alegría.
Creo que durante unos segundos, ellos fueron "parientes" de Connors, hermanos, padres y madres. Con sana envidia, se me ocurre que no se lo van a olvidar jamás.
James Scott Connors estaba en la parte final de su carrera, luego de ganar 109 torneos (marca aún no superada) y el destino le regaló una buena racha en el U.S. Open de 1991, accediendo a las semifinales , donde caería derrotado por Jim Courier. Pero en los cuartos y fuera de los pronósticos, venció en 4 sets al holandés Paul Haarhuis. Y cuando estaba set abajo y 5-4 abajo con saque del rival, consigue el quiebre que le cambió el rumbo al partido, a partir de un puntazo de otro planeta:
Sobre la devolución de saque, Haarhuis avanza para tomar la red, con un tiro paralelo, que Connors convierte en el primer "globo" (lob). Primer smash del holandés, atajado por Jimbo, que tuvo que saltar tan alto como la primera fila de plateas de cabecera. Segundo globo y segundo smash, con ubicación similar, para un nuevo globo, también similar. Alcanzable por Jimbo, que parecía tener resortes en los pies.
El tercer smash, logra correr a Connors sobre su extrema izquierda.. Logra un cuarto globo que Haarhuis remata, ya con algo de prudencia, hacia el lado del drive de Connors.
Pero fue, entonces, que el zurdo de Belleville, Illinois sacó un tiro rasante que fue voleado por Haarhuis hacia el sector abierto de la cancha.
Connors largó una carrera furiosa y, cuando todo hacia pensar que tiraría su passing a la carrera en forma cruzada, percibió que su rival comenzaba a moverse en ese sentido y cambió la dirección sobre la marcha. Estallido general. Todos de pie. Todos locos...menos Haarhuis, que tuvo su revancha en el tie-break del tercer set en Philadelphia 1994.
Aprovecho, entonces, esta publicación para convocar a quienes quieran contar algo que los vincule "de cuerpo presente" con ese histórico partido y ese legendario punto. Mientras tanto, seguiré usando mi imaginación para recrear la escena fantástica de Jimmy Connors mirandome a los ojos con brazos en alto y puños apretados.

Evaristo Pescadas Traful (Lic)