LAS CHICAS QUE RÍEN:
Leylah Fernandez, 19 años, canadiense, WTA #73 y Emma Raducanu,18 años, británica, WTA #150, están enviando un mensaje a todo el mundo del tenis.
Fernandez, que fue derrotada en la final, había ganado 4 partidos en tres sets frente a Osaka, Kerber, Svitolina y Sabalenka.
Raducanu, que llegó desde la qually, por lo que atravesó en total 10 partidos derrotó, en campeonato, a jugadoras con ránking muchísimo mejor que el propio.
Cual es el mensaje?
Los grandes torneos están sobre dimensionados. La altísima demanda emocional que genera en quienes se sienten (y son) candidatas a ganar un "Major" ha determinado que un grupo importante de jugadoras encumbradas y experimentadas, hayan quedado en el camino a causa del miedo pánico a desperdiciar la ocasión y a la "apropiación indebida de resultados antes de que ocurran".
Premios siderales, contratos revaluados, reconocimiento histórico, acceso a mas posibilidades de todo tipo, los hacen mas caros de perder que de ganar. Salvo que se disponga de la receta emocional que estas niñas impertinentes tenían, sin haberse dado cuenta.
Ni Fernandez ni Raducanu son deportistas preparadas para ganar un Grand Slam. Han recibido, desde sus equipos y también del público, un apoyo fundamental y sus características personales las han hecho maleables al mejor posicionamiento emocional para enfrentar este evento, mientras las rivales quedaban encerradas en su propia maraña.
A partir de hoy, el desafío de las "chicas que ríen" será no caer en las trampas que tienden las pretensiones con sus fantasías autocumplidas. Deberán "volver a ser quienes fueron", cosa nada simple. Y aquellas que ambicionan posarse en el trono, deberán pensar en "ser un poco más Fernández o un poco mas Raducanu" de lo que son.
Evaristo Pescadas Traful
